martes, 13 de enero de 2009

El Dormitorio- Vincent Willem Van Gogh

VAN GOGH. BIOGRAFÍA:

Vincent Willem van Gogh nace en Groot- Zundert (el Brabante holandés) el 30 de marzo de 1853, en el seno de una familia de clase media. Su padre, Theodorus van Gogh era un pastor protestante (proveniente de una familia bien establecida en la sociedad burguesa de la Holanda del siglo XVII) y su madre, Anna Cornelia Carbentus, pertenecía a una familia de importantes encuadernadores. Conocemos poco acerca de la infancia y juventud de este pintor post- impresionista que abandonó sus estudios repentinamente y que a los 16 años comenzó a trabajar en la galería de arte Goupil &
Cie de la Haya, propiedad de sus tíos paternos. Fue durante su estancia en la Haya cuando sabemos que inició una profunda admiración por la pintura de Millet, a quién consideraba el padre de la nueva pintura francesa. A continuación se trasladará a trabajar a Londres donde admirará los trabajos de los paisajistas ingleses del siglo XIX, Turner y Constable, y dónde manifestará una profunda admiración por la pintura holandesa contemporánea. Tras un primer fracaso amoroso (fue rechazado por la hija de su mentora, la joven Ursula Layer) partió en dirección a París, donde inició su carrera religiosa, siguiendo los pasos de su padre, y lo que se convertirá para él en una obsesión.
Corría por entonces el año 1875, y fue tan sólo un año más tarde cuando decidió abandonar la capital francesa y regresar a Londres. Durante unos años se verá abrumado por un ardor religioso, que sólo le durará hasta aproximadamente el año 1877. Se trasladará entonces a Bruselas, para iniciar sus estudios sobre perspectiva y anatomía, pero hacia 1881 regresará a la casa paterna en Etten, donde permanecerá ocho meses al enamorarse de su prima Kee Vos, llegando a quemarse la mano ante su rechazo. Se traslada entonces a la Haya donde vive con una prostituta embarazada y madre soltera, llamada Sien Hoornick, con quien intentará casarse, y debido a lo cual su padre decidirá declararlo demente. Es entonces, y bajo la dirección artística de su tío Antón Maule, cuando realice su primer óleo, titulado Muchacha bajo los árboles. Tiempo después la relación con Sien se agotará y decidirá retornar al seno paterno, ahora en Neunen. Tras la muerte de su padre en abril de 1885, viajará a Amberes, donde contemplará los retablos de Rubens en la Catedral, lo que le llevará a un aclarado de su paleta. Además se sentirá atraído por la obra de Delacroix. Será en el año 1886 cuando se traslade a París para continuar su aprendizaje (allí vivirá con su hermano Théo y tendrá la ocasión de conocer a los impresionistas). En París permanecerá dos años, donde tendrá la fortuna de conocer al gran Toulouse- Lautrec, poniéndose de este modo en contacto con los impresionistas. Entrará en contacto con artistas como Degas, pero quienes realmente influirán en su vida y su pintura serán los jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el impresionismo. Se verá también influido por las estampas japonesas (al igual que otros muchos pintores del momento), concretamente las de los grabadores Hiroshige y Hokusai. En 1886 concerá a su gran amigo Gaugin quien tiempo después aceptará trasladarse con el no muy equilibrado pintor a Arles (Francia). Allí se asentará durante un periodo de más de un año (febrero de 1888- mayo de 1889), en donde realizará obras como La casa amarilla o aquella en la que nos centraremos a continuación, El dormitorio de Vincent en Arles. Tras la llegada de Gaugin a Arles Van Gogh cambiará su tipología pictórica, pero las constantes disputas entre ambos por la convivencia llevarán a Van Gogh a amenazar a su amigo con una cuchilla de afeitar. Gaugin asustado marchará a un hotel donde recibirá como símbolo de arrepentimiento el lóbulo sesgado de su amigo. Escandalizado llama a la policía que acordonará la zona y en diciembre de 1888, Van Gogh será ingresado en un hospital donde delirará tres días y en el que permanecerá hasta 1890.A partir de entonces, las crisis del artista serán frecuentísimas, terminando por prohibirle su médico el uso de pinturas (había intentado tragárselas) y permitiéndole tan sólo la ejecución de dibujos.
Tras el nacimiento de su sobrino marchará a París, donde concluirá que es una carga para su hermano pequeño Theo, que le había mantenido económicamente durante toda su corta existencia, decidiendo acabar con su vida pegándose un tiro en la cabeza. Será pues el 27 de julio de 1890 el día que constituya el fin de un genio de la pintura del siglo XIX.
Actualmente sus cuadros alcanzan valores incalculables, cercanos a los miles de millones, sin embargo, durante su vida sólo vendió un cuadro de su etapa madura, Viñedo Rojo, por cuatrocientos francos. Pero la obra a la que nos vamos a referir es una bien distinta, el dormitorio o la habitación de Vincent en Arles.
Las referencias a su hermano Theo son bastante notables en la vida del artista, pues será la correspondencia mantenida con el joven, la que nos ha facilitado el conocimiento no sólo de su obra, sino de su vida y sus pensamientos. Y es precisamente en una de estas cartas (número 554) donde el pintor nos hace una brevísma, aunque completa y fiel descripción de su obra el dormitorio, en la que además incluirá un boceto sobre la misma (enviará otro boceto a su amigo Gauguin).

EL DORMITORIO:

Realizado por Vincent Van Gogh a mediados de octubre de 1888, constituye seguramente el dormitorio, una de las más exitosas obras del artista. Representa un dormitorio limpio y ordenado, al que dedicó la redacción de una carta entera, dirigida a su hermano Theo (como ya he mencionado anteriormente), algo que ya había hecho con otro de sus cuadros, Los comedores de patatas.
El dormitorio de Van Gogh en Arles representa aquello que su propio nombre indica, su dormitorio, aquel en el que habitó durante su estancia en la casa amarilla (sobre la cual también ejecutó un cuadro).
En ella Van Gogh realiza una descripción formal de la obra, pero además nos explica, entre otros asuntos, la importancia que para él tiene el color en ella, otorgándole un valor simbólico de reposo y sosiego. Esto queda patente en las siguientes letras: Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación. Todo esto entra un poco en contradicción con la teoría o la idea que
Van Gogh mostraba acerca de los colores, pues si hay un tono predominante en esta obra ese es el amarillo, que para él era: el sol, la euforia, la luz y la vida. Esta intención de crear una sensación de tranquilidad y descanso podría entenderse además como un intento de tranquilizar a su hermano Theo, tal y como nos sugiere Melissa Maquillan en su libro Van Gogh: Esta intención declarada puede leerse como un gesto para tranquilizar a Theo, que había pagado el alquiler de la casa y la compra de los muebles.
No es algo extraño que Theo pagara los gastos de vivienda de su hermano, pues desde muy temprana edad mantuvo a su hermano, comprándole incluso los pinceles y las pinturas que necesitaba para pintar sus cuadros.
También nos ofrecerá Van Gogh en su carta, una detallada descripción de los elementos y los colores (claro ejemplo de la descripción formal que nos presenta) a ellos asociados, que podemos ver en el lienzo: Las paredes son de un violeta pálido. El suelo es a cuadros rojos. La madera del lecho y las sillas son de un amarillo de mantequilla fresca; la sábana y las almohadas, limón verde muy claro. La colcha, rojo escarlata. La ventana, verde. El lavabo, anaranjado; la cubeta, azul. Las puertas, lilas.
Así pues, el pintor incluye en esta obra sus más emblemáticos y típicos colores, el amarillo y el azul (que aparecen en gran parte de su producción) que mezclará con pequeñas pinceladas de rojo y verde (para él estos dos colores representan las terribles pasiones humanas) jugando así con los contrastes.
Pero no es ésta la única descripción o enumeración de elementos presentes en la decoración de la habitación, pues unas pocas líneas más adelante vuelve a ella, añadiendo algunos términos más del cuadro, incorporando además una nueva mención a la sensación de reposo: Lo cuadrado de los muebles debe insistir en la expresión del reposo inquebrantable. Los retratos en la pared, un espejo, una botella y algunos vestidos.
La pequeña estancia está vista en perspectiva, marcada por las líneas que dibujan el suelo y las paredes, creando así el volumen de la habitación. Las puertas están cerradas, según palabras del propio Vincent: Y eso es todo- nada más en ese cuarto con los postigos cerrados. Aunque bien parece que estuviesen entre abiertas… quizá sólo sea una sensación óptica creada por la extraña perspectiva utilizada por el pintor, y que bastante bien describirá Melissa McQuillian: Lo que en principio puede parecer una perspectiva distorsionada se debe a la forma irregular de la habitación, con una pared más larga que la opuesta. La sólida cama se impone sobre el ángulo agudo de la esquina, determinando la profundidad espacial. Por su parte, Guillermo Solana, activo colaborador (y autor del capítulo dedicado a nuestro protagonista) en la obra general de
Historia del Arte, nos muestra una concepción diferente de la perspectiva creada por el pintor y que llevaría a una cierta contradicción en la idea de reposo de Van Gogh lograda mediante el colorido: Ahora bien, la perspectiva acelerada y absorbente- el cuarto, además, era irregular, con la pared derecha más larga- comunica más bien ansiedad. Si alguna “tranquilidad” hay en la imagen, es la de un espacio abandonado.
Esto vendría a tirar un poco por tierra la teoría o idea de Van Gogh sobre su obra, concebida con una clara intencionalidad. Pero sí hay algo que este profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid deja claro, es que no será la singular perspectiva la causante de tal efecto, sino el colorido, como ya aclaró el propio autor en su carta.
En ella abandona completamente las sombras y la tradicional textura, creando superficies planas que tendrán su más clara inspiración en las estampas japonesas que tanto influyeron en él y en otros artistas impresionistas.
La pincelada suelta, tan presente en toda su obra se hace aquí patente, sobre todo en la zona izquierda del cuadro, y que no implica en ningún momento el olvido del detallismo en los objetos, pues podemos apreciar que hasta en los mismos cuadros que decoran las paredes hay representaciones visibles e incluso reconocibles a simple vista.
De todos modos y gracias a los textos de Melissa McQuillan podemos saber de quienes se tratan: Los dos retratos de arriba en la pared derecha representan a Eugéne Bosch y al teniente de zuavos Milliet. Estos retratos cambiarán en las diferentes versiones que hará de la misma obra, pasando desde su autorretrato en el que sustituirá al de Eugéne Bosch (en la versión conservada en el Museo D`Orsay) hasta el retrato de su madre que aparece en el boceto que enviará en su carta y que en la primera versión será sustituido por el cuadro de Rocas con roble (Rocks whit Oak Tree). El resto de cuadros serán desconocidos.
Además, una naturaleza muerta o bodegón hace acto de presencia en la escena, sobre la mesa, haciendo referencia a la herencia de la tradicional pintura flamenca y holandesa del Barroco que tanto le atrajeron en su juventud. Con respecto al color y la textura, de nuevo Melissa McQuillian nos introduce un nuevo dato que sin ver la obra in- situ sería prácticamente imposible de observar, y es que, como ella misma dice con sus palabras: Aparte las largas pinceladas, más táctiles…Su levedad permite entrever el tejido del lienzo en varios sitios.
En esta primera carta referida al cuadro de el dormitorio (no será ésta la única vez que hable en sus cartas sobre la obra), vemos como Van Gogh tiene en su mente la idea de ponerle un marco, en este caso blanco, sin siquiera haber iniciado la realización del lienzo: El marco- como no hay blanco en el cuadro- será blanco.
No sólo en la actualidad somos conscientes de lo bueno de su obra, sino que ya Van Gogh, aún vivo y tras regresar de su estancia en el hospital, reconoció en otra carta a su hermano, escrita el 23 de enero de 1889, que el cuadro de el dormitorio era de lo mejor que había pintado: Cuando después de mi enfermedad revisé mis telas, la que me pareció mejor fue la del dormitorio…Pero como ya he mencionado no fueron estas las únicas veces que el excéntrico pintor mencionará el cuadro en sus cartas, también lo hará con otra, para recomendar a su hermano qué tipo de marco debe ponerle: ves que este enmarcamiento de simples latas queda bastante bien y un marco como este no cuesta sino muy poco. Quizá conviniera enmarcar también así las viñas y rojas, el sembrador, los sillones y el interior del dormitorio.
En la carta número 594 remitida de nuevo a su hermano Theo, Van Gogh hace referencia al deterioro sufrido por la tela, como consecuencia de la humedad. Todo esto viene a colación, por la mención de la realización de dos nuevas obras, una es un paisaje, que según él haría juego con el cuadro del dormitorio: Esto haría juego con ese estudio de dormitorio, que está deteriorado. Sabemos que con motivo de este deterioro Van
Gogh realizó otras dos versiones más de la obra, la primera de ellas se encuentra ahora expuesta en el Museo de Chicago y la segunda está colgada en las paredes del Museo D´Orsay.
Si existe un texto valioso según mi modesta conocimiento, ese es sin duda el de
Guillermo Solana. En él no sólo podemos encontrar una descripción de la obra, sino, una comparativa de la misma con otra obra contemporánea suya, El café de Noche (1888). Según Guillermo Solana, ambas obras fueron ejecutadas durante el mismo periodo temporal y con una tipología y un formato muy similar.
Ambos lienzos fueron concebidos con la misma exagerada y extraña perspectiva, marcada por las líneas del suelo y la colocación de un mueble de gran volumen en un lugar estratégico del plano (en el caso del Café de Noche se tratará de una mesa de billar y no de la cama como había hecho con el dormitorio): …están dominados por una perspectiva exagerada, indicada por el suelo y por un mueble voluminoso…Será importante también para este autor la colocación en ambos cuadros de un espejo (situado justo frente al lugar donde debería colocarse el pintor para su ejecución) y una silla vacía, que para él poseerán un importante valor simbólico aludiendo a la ausencia del autor: En las dos imágenes aparecen sillas vacías- un motivo simbólico- y al fondo, justo enfrente de donde se sitúa el pintor, un espejo vacío; sillas y espejo coinciden en señalar una ausencia, la del propio artista. Finalmente y como debió señalar el propio
Van Gogh, la diferencia de ambos lienzos estriba en el poder simbólico del color, transmitiendo en éste segundo las terribles pasiones humanas con la combinación del rojo y el verde que para él simbolizaban eso, las terribles pasiones humanas, frente al amarillo, el rojo o el azul del cuadro del dormitorio, como bien nos explica el profesor Guillermo Solana

VAN GOGH. GENIO Y LOCURA:

Fue Van Gogh un personaje… al que le cuesta adaptarse o no se adapta en absoluto, parece carecer de objetivos y, sin embargo, está profundamente imbuido de algo que es preciso llamar fe. Aunque durante mucho tiempo carezca de una profesión y de una meta claramente formulada, posee la conciencia del destino que lo soporta.
Profundamente religioso en su juventud, sea cual sea su ocupación, se basa hasta el final en una conciencia religiosa alejada de dogmas y confesiones. Son estas las palabras con las que Karl Jaspers, un estudioso del carácter y enfermedad de Van
Gogh nos define su persona. Pero si las escogí, fue por el simple hecho de que a mi parecer, son las palabras que mejor definen la personalidad y, por tanto la obra del excéntrico pintor.
Otra de las expresiones que definirán el carácter del artista serán las pronunciadas por él mismo cuando su padre va a buscarlo a Borinage, adonde había ido a trabajar voluntariamente en labores de ayuda y como pastor. Así pues, Vincent Van Gogh se preguntará: Mi única preocupación es la siguiente: ¿a qué puedo servir? ¿ no podría ayudar y ser útil de alguna manera?. Pero será justo ene este momento cuando tome conciencia de su verdadera vocación.
Van Gogh manifestó claramente problemas de carácter psíquico que influyeron notablemente en su obra, aunque éstos no se manifestaron de un modo repentino, sino que lo hicieron progresivamente en forma de mal estar físico. Será a partir de 1885 cuando no cese de hacer referencias a trastornos físicos. A partir de entonces comenzará su decadencia con altos y bajos en su camino y que llegará a su punto máximo cuando se corte una de las orejas como auto castigo.
La función según Van Gogh de la obra que hemos comentado era de la crear o Transmitir una sensación de paz y tranquilidad. Cuando en 1887 intente aprender lenguas clásicas con el fin de estudiar teología, dirá a su profesor: …lo que quiero es dar paz a los pobres en su destino terrenal. Así pues, como dice Karl Jaspers: Tales manifestaciones son recurrentes en toda su vida. Van Gogh aspira a consolar con su arte. Quizá sea esta la idea que haga encajar la teoría de Melissa McQuillan sobre que el pintor concibió el cuadro para tranquilizar a su propio hermano, y finalmente con la función que indica su propio autor.
Como última referencia, y esta vez desde un punto de vista absolutamente personal, debo indicar que si escogí este texto fue por el diferente punto de vista que un hombre sin conocimientos artísticos podría ofrecer sobre la figura y la pintura de este singular y prolífico pintor, sin ahondar en aspectos formales sobre su obra, centrándose en su personalidad y el posible influjo de ésta sobre su pintura.

BIBLIOGRAFÍA:

- Denvir, Bernard; El Postimpresionismo, Destino Editorial. Thames And Hudson,
Barcelona, 2001.
- Jaspers, Kart; Genio Artístico y Locura. Strinberg y Van Gogh, El Acantilado
Editorial, Barcelona, 2001.
- McQuillan, Mellisa; Van Gogh, Destino Editorial. Thames And Hudson, Barcelona,
1992.
- Pool, Phoebe; El Impresionismo, Destino Editorial. Thames And Hudson, Barcelona,
2001.
- Ramírez. J. A; Brihuega. J; Hernando Carrasco. J; Raquejo Grado. T; Reyero.
G; Sainz. J; San Martín. F. J; Solana. G, Historia del Arte. El Mundo
Contemporáneo, Alianza Editorial, Madrid, 2002.
- Van Gogh, Vincent Guillem; Cartas a Théo, Colección Idea Universitaria, Barcelona, 1998.
- Van Vitert, Evert y Van Tilborg, Louis; Pinturas: Vincent Van Gogh. Rijksmuseum,
Vincent Van Gogh, Julio Ollero Editor, Ámsterdam, 1990.

1 comentario:

brendiiuxX dijo...

hola me ayudates en mii tarea grax asii no piiennso tanto graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaxXX